SELECCIÓN
COMENTADA DE
ESPACIOS EN MINIATURA. MUESTRA DE POESÍA
CONTEMPORÁNEA DEL PERÚ
[De María
Miranda[1]]
Por Edward Álvarez Yucra
El repertorio
poético de Arequipa continúa expandiéndose en el siglo XXI. Claramente, este
hecho no sorprendería a nadie si no hubiese una red de incertidumbres al atar
sus cabos sueltos: ¿Qué doctrinas estéticas y tendencias priman en los poetas
de este nuevo siglo? ¿Cómo funcionan los circuitos de producción literaria para
los poetas del ahora? ¿Cuándo inicia este decurso en las letras arequipeñas?
¿Quiénes han de canonizarse para la posteridad?
En efecto, el fenómeno poético es un desafío hermenéutico que atañe a
múltiples agentes; al margen de los críticos e indagadores de la Academia, el
periodismo cultural y la recepción popular juegan un rol indispensable al
movilizar los nombres de los escritores.
Considerando esta
premisa, conviene atender al ejercicio formidable que propone Espacios en miniatura (2024) de María Miranda,
puesto que saca a relucir cinco voces del territorio peruano, cuyas
perspectivas enuncian desde los claustros de la Universidad Nacional de San Agustín
y resuenan más allá de los extramuros del sillar. Dígase de otro modo, hablar
de Arequipa es hablar del Perú e, incluso, de lo que está más allá del Perú,
pues la homogeneidad estilística y discursiva queda disuelta en los poetas
antologados; coexistieron en la ciudad de Arequipa, mas sus poemas superan
dicho contexto. El pluralismo literario los ha marcado inexorablemente. Esta
complejidad no anula la proyección de una historia o un canon con base en el
nuevo siglo; por el contrario, la incentiva. Es así como la propuesta de
Miranda sienta un necesario punto de partida, entre otros pocos hasta el
momento, para adentrarnos en la poesía de una Arequipa contemporánea y,
naturalmente, de un Perú contemporáneo. Los siguientes cinco poetas dan fe de
ello.
Jimmy Barrios[2]
La poesía de
Barrios comprende las dinámicas de una sensibilidad corpórea, a través de la
cual trata de sumirse en el mundo sin caer en vacuidades idílicas. En lugar de
un tono desesperanzador, su llamado es una toma de consciencia para reacomodar
los correlatos propios con las inmanencias ajenas. Sumirse en el mundo también
implica hacerlo, producirlo, al tiempo que uno rota con él, por lo que su
percepción se traduce en imágenes trastornadas que golpean la subjetividad
hasta llevarla al exterior.[3]
1.2
esto que ves no es el cuerpo /
es el hambre que nace donde
la ola te disuelve / no es el mundo
/ es la fruta de la noche
prosperando mientras las alas
crecen el árbol de la duda / esos
caminos consumidos en la selva
pública que algunos llaman
memoria y otros destino / una
sicodelia que nos tapa el rostro
y la salida para hallar
sentido entre manos perdidas en el aire
/ perros que nadie reconoce
sino en el ojo del pescado que se
quema entre la ola y cada toma
/ el hombre es un instante a
punto de cuajar en la nave del
microsegundo /
1.4
esto que ves no es el cuerpo / es la música cruzando
oscuro
cuando la calma arrecia el mar en sicodelia / paz la
nube que nos
borra el rostro pero no es el mundo sino el abismo
creciendo
entre la lengua de los que creen que avanzan al centro
de la
nada / eco diciendo esta es mi boca este el ritmo de
la ola esta la
fruta que devoro y me lleva a la intemperie
arrastrando mente
dentro un cuerpo lejos /
*
retrato de una época celeste o putrefacta según la
quimera en
que te bañes de asteroides, sueños que navegan por el
ojo de
la aguja en la boca de los alucinados, alas del que
nunca vuela a
pesar del cuerpo perdido entre los aires
*
Teatrocuerpo, mapa sin tierra de un abecedario que
miente
por cada cielo levantado entre la pampa de una saliva
asesina
que te traga, gramática en que tapizas el cordero con
la sequía
de la herida
*
nadie sabe Materia Inasible, nadie sabe sus órganos,
las manos
que asimos al cráneo de la idea nadando la flora de
Imposible
Convincente
*
los hombres van a la mar y el agua a cumplir con la
arena que
crece entre las sienes, la idea de la orilla disuelta
entre los labios
del que pide sin lengua es la meta, hospedaje hecho
sed por la
resolana que nos guía muerte dentro
4.
(embellecer jardines era un trabajo duro pero alguien
debía
hacerlo)
un ahogado en cada cuerpo es la siembra que nos queda
bajo
el brazo luego de recorrer toda una luna iconoclasta,
un mar
de ideas para llegar al centro de la fruta que te come
desde
dentro, embellecer jardines era un trabajo duro, darle
suelo a
cada paso que encierra el círculo, fe a la materia que
alimenta
un destino de manos vacías pero abundantes enterradas
en
la vena abierta, manos dispuestas a sacarse el corazón
por el
peso de un augurio, embellecer jardines era un trabajo
duro
pero alguien debía hacerlo, sembrar un dios en cada
esquina y
un mar en la sed que alimenta la magia de esta ciencia
Grover
Alberto Anco[4]
La exclamación
ruda de los poemas de Grover Alberto Anco trastoca los negativos de la realidad
más próxima y la consciencia afín a la virtualidad. Esta mirada supone un
desdoblamiento del hombre-máquina, que tanto ha aquejado al ser moderno, en una
figura irónica que sirve para desacralizar el progreso tecnológico y encontrar
su inherente mortalidad en la expresión humana, en tanto se resiste al control
absoluto del sistema imperante.
DEBE SER
este soñar Despierto
en el mágico momento de coger-la
idea dentro del papel y dibujar
el consumo de tuercas, bisagras, tornillos,
pelos y alambres en el pan
eructar
todos los sábados, a la hora del desayuno:
discos duros y tarjetas de audio y de video.
Vomitar el celestial refrigerante y construir
esta poesía trans-humanista.
A la orden del Arconte.
Que sude
la virtualidad del mundo y de sus prisas.
Que cante la brutalidad de la ciudad.
Que rompa el miserable silencio obscuro de alguna
habitación
cerrada como una lujosa ostra.
Dónde poner la flor en el jarrón.
Dónde escribir felicidad en un pecho
que no sea de concreto de vidrio o de cartón.
HUEVEO
TRANS-HUMANISTA
El mar, espacial; el mar desierto,
el mar líquido sobre los cielos, el mar
de eternidad musical; el mar
de espaldas a las lágrimas, el mar
levantado como fuerte insurrección eviscera esta
ramada armada
con gruesos palos traídos por la marea en alta.
Es invierno en estas arenas / las aves
compiten por la mejor carnada; pero ¿Qué hago aquí?
Perdido entre millares de minerales; Yo, vibrando
maniatado /
tratando de meter larga filosofía.
El mar, calaverada del escolar en fuga por llegar a la
otra orilla
de la Sabiduría; y así, nos evadimos del contacto / de
los dogmas
adentrados en los ojos / pegados a las reglas de las
gebas.
Si estas nos golpean, con toda la fuerza de la
materia, el sentimiento
de pasar la prueba de fuego y no ponerse nervioso…
sacar al tigre, al oso, al garañón tecnicolor y soltar
cometas
y asteroides contra el óvulo de estos planetas…
Y este mar inmenso no tiene vaso
de
agua para aquietar esta garganta.
El hilo argumental de tu tanga
rosadita
Me hace vibrar como cuerda
De bolichera. Me asalta la
manera con que agitas
Con furor estos niveles
salvajes de marea. Y te doy un ósculo-
Poderoso ruedo por esas playas
antes desoladas
Y pongo las huellas de las
patas-
De estos corceles
De decibeles de sonora hélice;
Estas flores de colores,
Estos pétalos de incendio
poseían
Una poderosa narrativa
muscular;
Y traían el color azul intenso
del cielo para ti,
El astro derretido en el
horizonte nacarado
Te devora
Como un
Pop Corn Lunar.
Y brillan las pistolas.
a)
Lo hicieron leña.
El Hombre sólo abrió la boca y
dijo lo que tenía que decir y aun así
LO HICIERON LEÑA por no decir
otra cosa.
Por no sentir como ellos
sienten. Por no cantar atolondradas.
Por no saber recitar huevadas.
Por no pensar igual.
Por jamás estar de acuerdo y
por todo eso destruyen y fuego
A todas sus frutos y ramas y a
sus hojas bastante querosene.
Atan a sus alaridos pesadas
noches y gritos y
Hasta ahora se escucha el
ruido de los cascos de caballos
Arrastrando sus gruesas ramas
de filosofía vertical
Destruida por el istmo y esas
modas pasajeras y las tristes
Y ridículas fantasías; pero
aun así: lo hicieron leña.
b)
Su madera olvidada… años,
siglos, milenios, eras, tiempos, eones y
A micrones quedó encendida por
un ávido buscador del futuro-
En el presente instante ardió,
con la intensidad más letal para quemar
Arcontes y otros Demonios,…
Expuestos a la luz
De ese olvidado
estandarte-árbol hecho leña filosófica;
Arde como es debido y en la
obscuridad de los Tiempos
Gigantescas estrellas se
desprendieron de sus fornidas ramas
Y de ellas emergieron para
siempre
Los Saberes y las
Luciérnagas….
Heiner
Valdivia[5]
El simbolismo
esotérico, las inmersiones metafísicas y el entramado de la psique humana han
dominado la trayectoria de Heiner Valdivia. Desde la exploración teosófica,
pasando por las enfermedades mentales, hasta llegar al misticismo erótico, esta
poesía se solventa con un cariz surrealizante y hermético que confunde los
planos de la significación inmediata, pero plasma inadvertidamente el cosmos de
un yo-plural.
Solutio
Agua que
permaneces
con
los días que
nos abandonan
en sus costras interminables
como un pez de cera
enredado
en sus orillas
como
las cenizas que lejos del agua
han dejado de ser sangre tullida
Y
algo se ha transformado
algo ha llegado del
agua para salvarlo
ya que en su
locura
su quinta esencia
se ha vuelto una
pira apagada
donde sus fórmulas reposan
como
un camino incierto
entre la carne apaleada.
Cromosoma /19
Hay tanto por hacer,
que vengo del final y el principio es lo que se me
oculta,
un óvulo, una llaga nutriente
donde no exista la frialdad de las criaturas,
la sensación que pueda resurgir
de las
hormonas.
La proteína es deriva a sotavento,
pero hay que soportarlas.
Las enzimas que no saben acercarse a uno mismo.
Y el fin puede destemplar a una rueda,
donde mis cabellos son pasajeros en sus propios
sembríos.
Las partículas que son tan débiles,
mientras el sueño se apacigua en otra estancia
ocupada.
Hay tanto por hacer,
que tengo espasmos creando horas incontables,
las uñas tatuadas en el clamor de la epilepsia,
en sus deidades de oídos pequeños,
y mi envoltura es transparente,
un ocre tan parecido
al código de luz
que no cesa de palpitar.
Paciente
Zelig
Prince
Randian y el arco voltaico
hace ya algún tiempo
que vivíamos en esa marca de hollín
en esa deidad fruncida
que nos miraba desde el templo de paja
escapándonos de los ineludibles hoyos
donde no se podía predecir
dormir bajo la impaciencia
o escapar hacia el rellano esquinado
huir imaginando nuestra fealdad
aturdida como la tuya
y las escaleras que se diluían
bajo tu andar porque tu voz
sonaba como la insípida sordera
de pájaros chillones
que se golpeaban tan fervientemente
contra el arco voltaico
hasta llegar a los campanarios
que nos daban el rigor facial
y nos hacían invisibles al formol
y no podías resistir al rechazo
postrando tus brazos
hacia un lado de tus engranajes póstumos
simulando ser una piedra vertiginosa
o una cruz que se dividía en las encrucijadas
y en el lado más voluminoso de tu rostro
habitaba una adormidera sedienta
de agujeros negros
una boca vesicular pidiendo
toda la totalidad de ese aire subterráneo
todo el agua para entumecer
la ardencia en tus entrañas
viviendo bajo el implacable calor del granito
pero sabias reír con las muecas
que mantenías a las notas entintadas
y me incitabas lentamente mientras
los crucifijos se destripaban
de sus paredes cayendo a retazos
en arboladuras castizas
y sé que en tu forma de anticuario escapabas
del todo un espectáculo casi trasnochado
viviente pero igual
te daba lo mismo sentirte encebado
si los pensamientos aumentaban
con la nula sencillez
y en tu abultada cabeza sudabas
el aliento fervoroso
algo que alimentaba el miedo transparente
la frigidez de las estancias
porque cuando dormías
le temías a la misma muerte hincada
y ella te resucitaba a diario
te golpeaba con su guadaña para refrescarte
te visitaba en hídricos sueños
y nos mostraba la cama tácita
pero igual no quedaba nada de lo mismo
si sabías que en el ensueño
habitaba una forma de libertad magullada
un embrión de abultados sonidos.
6
EN TUS vocales como partículas sumisas
que eran
extraídas de la noche
hacia
su final alargado
pese a
vivir del insumiso rencor respirado
de dormir tanto y tanto bajo tu busto enloquecido
entre la fase de una vida
contada hasta en los números insaciables de la luna
de
susurrar esa pequeña parte
como un rayo de piel que se derrite
en
toda tu desnudez
en algo que era dividido y afincado por tu alma
como esta herrumbre que se hacía un acto de vivir
y sé que caminabas
hacia esa luna empañada de cuero
porque
eras mi sed
que habitabas bajo las gafas de la locura
porque me
veías desde un muelle
como el faro preguntándome
si es que existo entre tus sueños
en
el desastre de tus olas
y en la inminente despedida
sé que eres como el aroma que llegaba
a tocar lo tardío de la espuma casi como el dolor
punzante
que vive entre mis dedos.
Jhonatan
Segura[6]
Precariedad y
podredumbre son dos sensaciones ineludibles que dejan los versos extensos de J.
Segura. Ciertamente se les puede acusar de seguir el ritmo callejero y prosaico
del entorno mundanal, mas no conviene reducirlo a la llaneza del fraseo
formulaico, pues se desenvuelven como crónicas de un hábitat en ruinas y
monólogos que abrazan situaciones crudas hasta tocar carne. Este es un furor
que lucha por no acartonarse en la memoria.
La cara de
cera de H. Humbert
Corrí las lunas negras y redondas hasta la punta de mi
nariz
Sus frescos repollos afloraron chispeantes como el
salto del mandril
como aquella labor de parto en Rockville, febrero de
1997
(cuando me faltaba para hombre y Kasparov se hizo
uno con la derrota).
En el huerto de los Sebillet hacía verano, la asfixia se
constelaba bajo el
[cerezo en arco
Y excitaba las rosas silvestres póstumamente
florecidas.
Sobre la yerbaluisa rodaba con pereza una niña y ardía
como un pajar:
No Dolores Haze, la mujer, la fruta
incendiaria, el ariete-relámpago
Sino una niña que usó al unicornio como símbolo de su
partido escolar
Y viciaba la sístole del viejo poeta negado para los
manuales de ignición.
Sus firmes pantorrillas de sauce izaron y revolvieron
el aire reñido del verano
La cara de cera de H. Humbert, romántico y trasatlántico,
cayó en las
[solapas del poeta
Y quedo de sí un torpe Jeremy Irons disparando sirope
en las paredes de
[la casa falsa
Sin lograr atizar a Frank Langella, cansado de repetir
la muerte de Clare Quilty
Infinitamente
Sheraton
Hotel, 1986
Lamento que aún no estés conmigo fulana
justo cuando marchan perros calatos en feliz cuadrilla
sobre largos cascarones de pacay y la cadencia sorda
de un cencerro
en busca de sombra
cuando sólo hay salar y machones combados ahorcando
un cegado panal que atraviesa el sol por sus grietas y
a las guirnaldas de fiesta
En esta vereda del Sheraton me calcino revolviendo un
caramelo
En la lengua y
empuñando al niño que aún llevo abalconado en mi pecho
Miro el camión de Yauca huracanarse en la pampa y
Blanquear a esos perros, los cajones funerarios, la
tienda de los Chumbili y a mí
Con una pena que duele a coscorrón para ocioso,
haragán y palomilla
Por cada puntual coordenada en la fantástica
cartografía que llevará a
[encontrarnos
(30 años después)
Lamento que aún no estés conmigo fulana
Ahora que voy a la carrera y en pantaloncitos
recortados sobre el puente
[colgante
A ver despuntarse con la tarde la cara gris del cine
Baldi
Tierra baldía
«Las zanjas corrían bajo el sol vivificadas en la
sombra,
Y en su falsa turbulencia la callada zarza dormía
Ignorando su propio incendio,
Mientras tanto, en las orillas, el espectro de las
piedras dibujaba una dentadura
larga y venial.
Había un pozo sinfín que jamás respondió a
nuestra llamada,
nunca devolvió la anhelada resonancia
pero más tarde supimos por mi madre de la redondez del
mundo
en un dibujo a palo sobre la arena, fue como un hielo
en las ampollas,
entendimos que su infinita circularidad era el fácil
broche de la distancia, Entonces
afanosos, pudimos ubicar aquella piedra sobre el
trazo:
había llegado a otro punto cardinal al que nosotros
nunca llegaríamos.
En Nueva Unión había cárcavas y barrancas, cerros
enmascarados de nubes
Verdaderas estelas en contrapunto que nunca existieron
para los mayores;
Según
ellos
No había ni lo uno ni lo otro en aquel lugar,
Lo que veían nuestros ojos era tierra roja y tristes
paños de fronda,
Pero sabíamos que había más:
Un camión cisterna que llegaba con la neblina
fulgurante de un milagro
a llenar latas de aceite donde mi madre bañaba
nuestros infantes cuerpos negros,
una bruja que nunca apareció,
una ciudad donde existía el vidrio, la fruta, el hielo
y el pavimento
(tan piadoso con los talones).
Ahora extraño la tierra, la dulce reclusión en la
nada, el suceso de las piedras y
el viento, la zanja donde bajábamos a defecar en
comunión;
Lo que he conseguido hasta hoy no tiene más peso que
mis cuchillos de palo o
mis flechas Apalaches, tan certeras descabezando mis
verrugas;
Si pudiera por un instante observar el desierto desde
nuestra casa;
(que mi padre construyó con tablas varadas por el
mar).
Ahora que lo pienso, este sentimiento es el eco de
aquella piedra que lancé
y ahora asciende hasta el punto cardinal en el que me
he convertido
-en las tierras baldías era el más feliz-»
Un verano
Esta tarde, la cadera
de Silvia remedó su atiplada voz,
el estruendo del hueso corrió por la losa
y arrancó un terroso mugido al jaspe de fuego, “y
ahí quedó”.
En la víspera de su muerte un estival relente
chispeaba en el quicio
[de las ventanas,
olor de mar y rechiflas de algas plastificadas
flotaron en el arcén,
Aguas tibias dormían en el jarrón de nácar y, colgado
a la piedra del dintel,
un agave observaba el dócil cabeceo de un bote sobre
una cuerda avejentada
y el vaivén de las mujeres abrochando sus negros
vestidos inconvenientes
[a la calor.
Yolanda,
te he visto recibir estas noticias desde que cambié los dientes,
Clavada a un largo espiral como grueso estribo
Que el mundo ha preferido para limpiar la tierra de
sus caminos deshechos,
como un perro que no pisa otras sombras que no sean
las de su dueño.
Augusto
Carrasco[7]
Sería injusto apelar a la nostalgia para describir la poesía de Carrasco. La manifestación melancólica, los referentes de apariencia sencilla y trasfondo truculento, así como la inquietud dramática que sostiene la voz protagonista traen a colación una respuesta emotiva ante la naturaleza social del espacio y su talante conflictivo. En efecto, esta respuesta puede ser la nostalgia, pero, a su vez, es más que la nostalgia. Es una sinceridad desgarrada.
Autorretrato
Yo buscaba soluciones en el monitor
porque no tenía
un corazón partido por el rayo
mi corazón era un animal prohibido por la noche
mi corazón alteraba los sistemas de navegación
de astronautas adictos a la melancolía
crecí hasta ser un árbol derrotado en medio del puente
crecí hasta contemplar el futuro que nunca llegó
mi corazón fue un planeta derribado por el amor
y por el reloj avión QUARTZ que robé de niño.
Alguien quema
sus recuerdos de madrugada
¿Por qué decide alguien incinerar su pasado?
Todo huele a promesas rotas
sentimientos encontrados
es lo que venden en las calles a estas horas
&
pasta envuelta en recortes de prensa democrática
tu recuerdo, si nos ponemos metafísicos
un oleaje que arrastra flores de bengala hacia la
plaza de armas
te conocía /
china /
me
adelanto al tráfico de la Costa verde en pleno maremoto /
hay una luna que solventa mi tragedia
& red hot chilli peppers
columnas
de humo elevándose como fantasmas
&
ventanas de emergencia en caso de accidente
las
manos sucias
por manipulación indiscriminada
del pasado
alguien está escuchando lo que decimos por teléfono
están
grabando la vida para denunciarnos a la policía
¿Qué espera el invierno para ahogarnos con su neumonía
de colores?
bolsas negras con recuerdos amontonados en
la puerta de la casa
¿Qué son estos camaleones escondiéndose entre la ropa
sucia?
entre
lo poco que resiste de nosotros el contagio de la nostalgia y un pesimismo hecho
sirenas
¿Quién se atreve a encontrar un cajón de cartas
extraviadas?
el
niño que se ahoga en el líquido semiótico de la madre del cordero
sueños multi-drogo-resistentes en la ecografía de
alguien que llora
¿Quién
decide coger un taxi?
¿Hacer
una ruta malogradísima por el parque Selva Alegre?
el
parque Selva Alegre, en Arequipa,
un
saludo para mi amigo Raúl Lima que ya debe estar dormido.
Creencia de
la china en Lima. Reporte de madrugada
China, las estrellas cambian de color
las
estrellas caen, china / las has visto caer desde la ventana
desde
la ventana de tu cuarto mal pagado en Lima
amplia gama de flores respira la nube de Sagitario
esa flecha dorada que arde en el centro del amor —hace
poco
me parece haberte
visto en la televisión
imitando a una
italiana famosa por sus covers de B. Dylan— china
tú eres famosa porque una vez bebiste más de la cuenta
& por ese verso que dañó severamente la armadura
del poeta de la derecha
porque tu cabello siempre cambia de color
como la nebulosa atravesada por el sexo de Sagitario
sus nucleolos se enredan poderosamente a tus estrellas
elaboran
una constelación que se inflama cuando duerme a tu costado
por eso no temes, china,
porque además de fuegos artificiales tienes a tus pies
un santo
porque no es bueno ensuciarse
con los recuerdos que alguien quema esta madrugada,
china
mis sueños se enredan poderosamente a tu sangre sobre
el pasto
pero la prensa ya sabe eso
y
sabe además que no te importa
porque además de universo tienes a tus pies un santo
su
armadura está considerada como la más poderosa de
los
caballeros de oro, tal vez por ser la única que tiene un arma propia
(que no es
custodiada por el caballero de Libra).
De Aioros
también se dice que fue el más leal y puro de los
santos de
oro**[8]
luchando por tu amor china —acabo de verlo por la tele—
en lo más
blanco de aquella nebulosa cogoteada.
Te están
buscando china donde no estás
Acaso ha crecido tu cabello
algo debe haber crecido
un
tigre que la nieve planifica con leche
dicen los especialistas que el amor florece
entre el tercer & cuarto día
de conflicto
económico
aquí se diluye el agua en la pesadilla del oro
se trafica con sentimientos, china
he visto animales verdes llenar crucigramas como seres
humanos completamente
concentrados
en parecer concentrados frente a cámaras
algo
crece hasta vaciarse en el Mediterráneo
algo crece y se desmorona en el aire
como una hemorragia de aviones ingresando a la zozobra
así es difícil
dominar el oficio del sueño
cerrar los ojos alrededor del plano cartesiano
así te pienso hacia las nubes
y desde el centro mismo del cedrón te extraño
cuánto tiempo pasará antes de poder recordarte con
honestidad
el vacío
el
vacío es una planta que mira con ternura
china, si los fantasmas tuviesen caligrafía
podría comprobar si algo entre los dos ha cambiado de
sitio
si ha crecido un poco tu cabello
si es cierto que entre el tercer
y
cuarto balazo
brotan los primeros geranios en tus mejillas
si es cierto que nuestro árbol crece en aquella
chacrita
si le han crecido alas a nuestra paciencia
si han crecido nuestros hijos
algo podría saber
si mi corazón pudiese fabricar un camino
hacia donde algo tuyo crece
si
una luz arrancase de golpe todas las estrellas
para
iluminar eso que nunca fuimos en Arequipa.
La china
despierta en China
No sabes si te diriges hacia algún lado.
Si fueses un poema tendrías que saberlo.
Pero cómo podrías si recién has regresado
del sueño y te has visto sumergida
en las nubes rotas del accidente.
Despertando
en una cama que no es tu cama
en una casa que no es tu casa
en una ciudad que no es tu ciudad.
Mirando
a través de una ventana (la ventana que posees
como única pertenencia)
mirando alejarse los aviones.
Los aviones.
Alejándose.
[1]
María Miranda es una poeta,
ensayista, traductora y académica peruana. Ha publicado cuatro libros de
poesía/ensayo: Romané (2005), Los velos de la derrota (2009), La Creación del Silencio (2014) y Charcas o Parábola sobre el vacío
(2021). En este momento, está escribiendo una colección de pesadillas. Uno de
estos poemas ha sido adaptado a un paisaje sonoro por el artista sonoro
mexicano Jorge Martínez en colaboración con la autora: “Fuga”. Su poesía ha
sido publicada en traducción al inglés en Review
96 “Nuevísimos: New Spanish
American Writing”
(2018, traducido por G. J. Racz) y A
Perfect Vacuum (2023, traducido por Jacqui Cornetta). Como traductora,
María está especialmente abocada a la difusión de poetas vanguardistas peruanos
poco conocidos en el extranjero como César Moro y escritores jóvenes de su
ciudad Arequipa. Actualmente, está trabajando en una nueva traducción de los 5 metros de poemas de Carlos
Oquendo de Amat y ha terminado la muestra de poetas contemporáneos
experimentales de Arequipa: Espacios en
Miniatura. Ella también ha cofundado diferentes iniciativas literarias
independientes como Dragostea y Los Juegos Verdaderos. Actualmente,
codirige junto a José Darío Martínez el proyecto independiente Cíclope
Ambicioso.
[2]
Los siguientes poemas de Jimmy Barrios han sido tomados de Espacios en miniatura. Muestra de poesía
contemporánea del Perú. Presentando a 5 poetas de Arequipa. Arequipa: Cíclope
Ambicioso / El Pasto Verde Records, 2024, pp. 23, 24, 35, 36, 37, 40 y 44.
[3]
Este comentario y los
siguientes no forman parte del libro, le pertenecen a Edward Álvarez Yucra.
[4]
Los siguientes poemas de Grover Alberto Anco han sido tomados de Espacios en miniatura. Muestra de poesía
contemporánea del Perú. Presentando a 5 poetas de Arequipa. Arequipa: Cíclope
Ambicioso / El Pasto Verde Records, 2024, pp. 72, 77, 82 y 83.
[5]
Los siguientes poemas de Heiner Valdivia han sido tomados de Espacios en miniatura. Muestra de poesía
contemporánea del Perú. Presentando a 5 poetas de Arequipa. Arequipa: Cíclope
Ambicioso / El Pasto Verde Records, 2024, pp. 102, 108, 114 y 124.
[6]
Los siguientes poemas de Jhonatan Segura han sido tomados de Espacios en miniatura. Muestra de poesía
contemporánea del Perú. Presentando a 5 poetas de Arequipa. Arequipa: Cíclope
Ambicioso / El Pasto Verde Records, 2024, pp. 144, 145, 152 y 160.
[7]
Los siguientes poemas de Augusto Carrasco han sido tomados de Espacios en miniatura. Muestra de poesía
contemporánea del Perú. Presentando a 5 poetas de Arequipa. Arequipa: Cíclope
Ambicioso / El Pasto Verde Records, 2024, pp. 186, 201, 205, 206 y 207.
[8] Wikipedia,
2012.
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