viernes, 28 de febrero de 2025

Selección comentada de Espacios en miniatura de María Miranda

 

SELECCIÓN COMENTADA DE
ESPACIOS EN MINIATURA. MUESTRA DE POESÍA
CONTEMPORÁNEA DEL PERÚ

[De María Miranda[1]]

 

 

Por Edward Álvarez Yucra

 

 


 

El repertorio poético de Arequipa continúa expandiéndose en el siglo XXI. Claramente, este hecho no sorprendería a nadie si no hubiese una red de incertidumbres al atar sus cabos sueltos: ¿Qué doctrinas estéticas y tendencias priman en los poetas de este nuevo siglo? ¿Cómo funcionan los circuitos de producción literaria para los poetas del ahora? ¿Cuándo inicia este decurso en las letras arequipeñas? ¿Quiénes han de canonizarse para la posteridad?  En efecto, el fenómeno poético es un desafío hermenéutico que atañe a múltiples agentes; al margen de los críticos e indagadores de la Academia, el periodismo cultural y la recepción popular juegan un rol indispensable al movilizar los nombres de los escritores.

Considerando esta premisa, conviene atender al ejercicio formidable que propone Espacios en miniatura (2024) de María Miranda, puesto que saca a relucir cinco voces del territorio peruano, cuyas perspectivas enuncian desde los claustros de la Universidad Nacional de San Agustín y resuenan más allá de los extramuros del sillar. Dígase de otro modo, hablar de Arequipa es hablar del Perú e, incluso, de lo que está más allá del Perú, pues la homogeneidad estilística y discursiva queda disuelta en los poetas antologados; coexistieron en la ciudad de Arequipa, mas sus poemas superan dicho contexto. El pluralismo literario los ha marcado inexorablemente. Esta complejidad no anula la proyección de una historia o un canon con base en el nuevo siglo; por el contrario, la incentiva. Es así como la propuesta de Miranda sienta un necesario punto de partida, entre otros pocos hasta el momento, para adentrarnos en la poesía de una Arequipa contemporánea y, naturalmente, de un Perú contemporáneo. Los siguientes cinco poetas dan fe de ello.

 

 


 

 


Jimmy Barrios[2]

 

 

La poesía de Barrios comprende las dinámicas de una sensibilidad corpórea, a través de la cual trata de sumirse en el mundo sin caer en vacuidades idílicas. En lugar de un tono desesperanzador, su llamado es una toma de consciencia para reacomodar los correlatos propios con las inmanencias ajenas. Sumirse en el mundo también implica hacerlo, producirlo, al tiempo que uno rota con él, por lo que su percepción se traduce en imágenes trastornadas que golpean la subjetividad hasta llevarla al exterior.[3]

 

 

 


 

 

1.2

esto que ves no es el cuerpo / es el hambre que nace donde

la ola te disuelve / no es el mundo / es la fruta de la noche

prosperando mientras las alas crecen el árbol de la duda / esos

caminos consumidos en la selva pública que algunos llaman

memoria y otros destino / una sicodelia que nos tapa el rostro

y la salida para hallar sentido entre manos perdidas en el aire

/ perros que nadie reconoce sino en el ojo del pescado que se

quema entre la ola y cada toma / el hombre es un instante a

punto de cuajar en la nave del microsegundo /

 

 

 

 

 

1.4

esto que ves no es el cuerpo / es la música cruzando oscuro

cuando la calma arrecia el mar en sicodelia / paz la nube que nos

borra el rostro pero no es el mundo sino el abismo creciendo

entre la lengua de los que creen que avanzan al centro de la

nada / eco diciendo esta es mi boca este el ritmo de la ola esta la

fruta que devoro y me lleva a la intemperie arrastrando mente

dentro un cuerpo lejos /

 

 

 

 

 

*

retrato de una época celeste o putrefacta según la quimera en

que te bañes de asteroides, sueños que navegan por el ojo de

la aguja en la boca de los alucinados, alas del que nunca vuela a

pesar del cuerpo perdido entre los aires

 

 

 

 

 

*

Teatrocuerpo, mapa sin tierra de un abecedario que miente

por cada cielo levantado entre la pampa de una saliva asesina

que te traga, gramática en que tapizas el cordero con la sequía

de la herida

 

 

 

 

 

*

nadie sabe Materia Inasible, nadie sabe sus órganos, las manos

que asimos al cráneo de la idea nadando la flora de Imposible

Convincente

 

 

 

 

 

*

los hombres van a la mar y el agua a cumplir con la arena que

crece entre las sienes, la idea de la orilla disuelta entre los labios

del que pide sin lengua es la meta, hospedaje hecho sed por la

resolana que nos guía muerte dentro

 

 

 

 

 

4. (embellecer jardines era un trabajo duro pero alguien

debía hacerlo)

 

un ahogado en cada cuerpo es la siembra que nos queda bajo

el brazo luego de recorrer toda una luna iconoclasta, un mar

de ideas para llegar al centro de la fruta que te come desde

dentro, embellecer jardines era un trabajo duro, darle suelo a

cada paso que encierra el círculo, fe a la materia que alimenta

un destino de manos vacías pero abundantes enterradas en

la vena abierta, manos dispuestas a sacarse el corazón por el

peso de un augurio, embellecer jardines era un trabajo duro

pero alguien debía hacerlo, sembrar un dios en cada esquina y

un mar en la sed que alimenta la magia de esta ciencia

 

 

 

 

 

Grover Alberto Anco[4]

 

 

La exclamación ruda de los poemas de Grover Alberto Anco trastoca los negativos de la realidad más próxima y la consciencia afín a la virtualidad. Esta mirada supone un desdoblamiento del hombre-máquina, que tanto ha aquejado al ser moderno, en una figura irónica que sirve para desacralizar el progreso tecnológico y encontrar su inherente mortalidad en la expresión humana, en tanto se resiste al control absoluto del sistema imperante.

 

 

 


 

 

DEBE SER

 

 

 

este soñar Despierto

en el mágico momento de coger-la

idea dentro del papel y dibujar

el consumo de tuercas, bisagras, tornillos,

pelos y alambres en el pan

 

eructar

todos los sábados, a la hora del desayuno:

 

discos duros y tarjetas de audio y de video.

 

Vomitar el celestial refrigerante y construir

esta poesía trans-humanista.

 

A la orden del Arconte.

 

Que sude

la virtualidad del mundo y de sus prisas.

 

 

Que cante la brutalidad de la ciudad.

Que rompa el miserable silencio obscuro de alguna

habitación

cerrada como una lujosa ostra.

Dónde poner la flor en el jarrón.

Dónde escribir felicidad en un pecho

que no sea de concreto de vidrio o de cartón.

 

 

 

 

 

HUEVEO TRANS-HUMANISTA

 

 

 

El mar, espacial; el mar desierto,

el mar líquido sobre los cielos, el mar

de eternidad musical; el mar

de espaldas a las lágrimas, el mar

 

levantado como fuerte insurrección eviscera esta ramada armada

con gruesos palos traídos por la marea en alta.

 

Es invierno en estas arenas / las aves

compiten por la mejor carnada; pero ¿Qué hago aquí?

Perdido entre millares de minerales; Yo, vibrando maniatado /

tratando de meter larga filosofía.

 

El mar, calaverada del escolar en fuga por llegar a la otra orilla

de la Sabiduría; y así, nos evadimos del contacto / de los dogmas

adentrados en los ojos / pegados a las reglas de las gebas.

 

Si estas nos golpean, con toda la fuerza de la materia, el sentimiento

de pasar la prueba de fuego y no ponerse nervioso…

sacar al tigre, al oso, al garañón tecnicolor y soltar cometas

y asteroides contra el óvulo de estos planetas…

 

Y este mar inmenso no tiene vaso

                                               de agua para aquietar esta garganta.

 

 

 

 

 

 

El hilo argumental de tu tanga rosadita

Me hace vibrar como cuerda

De bolichera. Me asalta la manera con que agitas

Con furor estos niveles salvajes de marea. Y te doy un ósculo-

Poderoso ruedo por esas playas antes desoladas

Y pongo las huellas de las patas-

De estos corceles

De decibeles de sonora hélice;

Estas flores de colores,

Estos pétalos de incendio poseían

Una poderosa narrativa muscular;

Y traían el color azul intenso del cielo para ti,

El astro derretido en el horizonte nacarado

Te devora

Como un

Pop Corn Lunar.

Y brillan las pistolas.

 

 

a)

 

Lo hicieron leña.

El Hombre sólo abrió la boca y dijo lo que tenía que decir y aun así

LO HICIERON LEÑA por no decir otra cosa.

Por no sentir como ellos sienten. Por no cantar atolondradas.

Por no saber recitar huevadas. Por no pensar igual.

Por jamás estar de acuerdo y por todo eso destruyen y fuego

A todas sus frutos y ramas y a sus hojas bastante querosene.

Atan a sus alaridos pesadas noches y gritos y

Hasta ahora se escucha el ruido de los cascos de caballos

Arrastrando sus gruesas ramas de filosofía vertical

Destruida por el istmo y esas modas pasajeras y las tristes

Y ridículas fantasías; pero aun así: lo hicieron leña.

 

 

b)

 

Su madera olvidada… años, siglos, milenios, eras, tiempos, eones y

A micrones quedó encendida por un ávido buscador del futuro-

En el presente instante ardió, con la intensidad más letal para quemar

Arcontes y otros Demonios,…

Expuestos a la luz

De ese olvidado estandarte-árbol hecho leña filosófica;

Arde como es debido y en la obscuridad de los Tiempos

Gigantescas estrellas se desprendieron de sus fornidas ramas

Y de ellas emergieron para siempre

Los Saberes y las

Luciérnagas….

 

 

 

 

 

Heiner Valdivia[5]

 

 

El simbolismo esotérico, las inmersiones metafísicas y el entramado de la psique humana han dominado la trayectoria de Heiner Valdivia. Desde la exploración teosófica, pasando por las enfermedades mentales, hasta llegar al misticismo erótico, esta poesía se solventa con un cariz surrealizante y hermético que confunde los planos de la significación inmediata, pero plasma inadvertidamente el cosmos de un yo-plural.

 

 

 


 

 

Solutio

 

 

 

                     

                           Agua                                             que permaneces

                con los días                                              que nos abandonan

                            en sus costras        interminables

                como                                 un pez de cera

                                             enredado en sus orillas

                                                          como las cenizas         que lejos del agua

han dejado de ser                                         sangre tullida

 

 

                                               Y algo se ha transformado

algo ha llegado                                                  del agua para salvarlo

                             ya que en su locura

                             su quinta esencia

se ha vuelto                                                una pira apagada

                                                                 donde sus fórmulas         reposan

             como un                    camino incierto

                                                                                      entre la carne apaleada.

 

 

 

 

 

Cromosoma /19

 

 

Hay tanto por hacer,

que vengo del final y el principio es lo que se me oculta,

un óvulo, una llaga nutriente

donde no exista la frialdad de las criaturas,

la sensación que pueda resurgir

                                       de las hormonas.

 

La proteína es deriva a sotavento,

pero hay que soportarlas.

 

Las enzimas que no saben acercarse a uno mismo.

 

Y el fin puede destemplar a una rueda,

donde mis cabellos son pasajeros en sus propios sembríos.

 

Las partículas que son tan débiles,

mientras el sueño se apacigua en otra estancia ocupada.

 

Hay tanto por hacer,

que tengo espasmos creando horas incontables,

las uñas tatuadas en el clamor de la epilepsia,

en sus deidades de oídos pequeños,

y mi envoltura es transparente,

un ocre tan parecido

al código de luz

que no cesa de palpitar.

 

 

 

 

 

Paciente Zelig

Prince Randian y el arco voltaico

 

 

 

hace ya algún tiempo

que vivíamos en esa marca de hollín

en esa deidad fruncida

que nos miraba desde el templo de paja

escapándonos de los ineludibles hoyos

donde no se podía predecir

dormir bajo la impaciencia

o escapar hacia el rellano esquinado

huir imaginando nuestra fealdad

aturdida como la tuya

y las escaleras que se diluían

bajo tu andar porque tu voz

sonaba como la insípida sordera

de pájaros chillones

que se golpeaban tan fervientemente

contra el arco voltaico

hasta llegar a los campanarios

que nos daban el rigor facial

y nos hacían invisibles al formol

y no podías resistir al rechazo

postrando tus brazos

hacia un lado de tus engranajes póstumos

simulando ser una piedra vertiginosa

o una cruz que se dividía en las encrucijadas

y en el lado más voluminoso de tu rostro

habitaba una adormidera sedienta

de agujeros negros

una boca vesicular pidiendo

toda la totalidad de ese aire subterráneo

todo el agua para entumecer

la ardencia en tus entrañas

viviendo bajo el implacable calor del granito

pero sabias reír con las muecas

que mantenías a las notas entintadas

y me incitabas lentamente mientras

los crucifijos se destripaban

de sus paredes cayendo a retazos

en arboladuras castizas

 

y sé que en tu forma de anticuario escapabas

del todo un espectáculo casi trasnochado

viviente pero igual

te daba lo mismo sentirte encebado

si los pensamientos aumentaban

con la nula sencillez

y en tu abultada cabeza sudabas

el aliento fervoroso

algo que alimentaba el miedo transparente

la frigidez de las estancias

porque cuando dormías

le temías a la misma muerte hincada

y ella te resucitaba a diario

te golpeaba con su guadaña para refrescarte

te visitaba en hídricos sueños

y nos mostraba la cama tácita

pero igual no quedaba nada de lo mismo

si sabías que en el ensueño

habitaba una forma de libertad magullada

un embrión de abultados sonidos.

 

 

 

 

 

6

 

 

 

EN TUS vocales    como partículas sumisas

      que eran extraídas de la noche

            hacia su final alargado

     pese a vivir del insumiso rencor respirado

de dormir tanto y tanto bajo tu busto enloquecido

entre la fase de una vida

contada hasta en los números insaciables de la luna

             de susurrar esa pequeña parte

como un rayo de piel que se derrite

             en toda tu desnudez

en algo que era dividido y afincado por tu alma

como esta herrumbre que se hacía un acto de vivir

y sé que caminabas

hacia esa luna empañada de cuero

      porque eras mi sed

que habitabas bajo las gafas de la locura

       porque me veías desde un muelle

como el faro preguntándome

si es que existo entre tus sueños

             en el desastre de tus olas

y en la inminente despedida

sé que eres como el aroma que llegaba

a tocar lo tardío de la espuma casi como el dolor

       punzante que vive entre mis dedos.

 

 

 

 

 

Jhonatan Segura[6]

 

 

Precariedad y podredumbre son dos sensaciones ineludibles que dejan los versos extensos de J. Segura. Ciertamente se les puede acusar de seguir el ritmo callejero y prosaico del entorno mundanal, mas no conviene reducirlo a la llaneza del fraseo formulaico, pues se desenvuelven como crónicas de un hábitat en ruinas y monólogos que abrazan situaciones crudas hasta tocar carne. Este es un furor que lucha por no acartonarse en la memoria.

 

 

 


 

 

La cara de cera de H. Humbert

 

 

 

Corrí las lunas negras y redondas hasta la punta de mi nariz

Sus frescos repollos afloraron chispeantes como el salto del mandril

como aquella labor de parto en Rockville, febrero de 1997

(cuando me faltaba para hombre y Kasparov se hizo uno con la derrota).

En el huerto de los Sebillet hacía verano, la asfixia se constelaba bajo el

                                                                                     [cerezo en arco

Y excitaba las rosas silvestres póstumamente florecidas.

Sobre la yerbaluisa rodaba con pereza una niña y ardía como un pajar:

No Dolores Haze, la mujer, la fruta incendiaria, el ariete-relámpago

Sino una niña que usó al unicornio como símbolo de su partido escolar

Y viciaba la sístole del viejo poeta negado para los manuales de ignición.

Sus firmes pantorrillas de sauce izaron y revolvieron el aire reñido del verano

La cara de cera de H. Humbert, romántico y trasatlántico, cayó en las

                                                                              [solapas del poeta

Y quedo de sí un torpe Jeremy Irons disparando sirope en las paredes de

                                                                                           [la casa falsa

Sin lograr atizar a Frank Langella, cansado de repetir la muerte de Clare Quilty

Infinitamente

 

 

 

 

Sheraton Hotel, 1986

 

 

Lamento que aún no estés conmigo fulana

justo cuando marchan perros calatos en feliz cuadrilla

sobre largos cascarones de pacay y la cadencia sorda de un cencerro

en busca de sombra

cuando sólo hay salar y machones combados ahorcando

un cegado panal que atraviesa el sol por sus grietas y

a las guirnaldas de fiesta

En esta vereda del Sheraton me calcino revolviendo un caramelo

En la lengua y

empuñando al niño que aún llevo abalconado en mi pecho

Miro el camión de Yauca huracanarse en la pampa y

Blanquear a esos perros, los cajones funerarios, la tienda de los Chumbili y a mí

Con una pena que duele a coscorrón para ocioso, haragán y palomilla

Por cada puntual coordenada en la fantástica cartografía que llevará a

                                                                                    [encontrarnos

(30 años después)

Lamento que aún no estés conmigo fulana

Ahora que voy a la carrera y en pantaloncitos recortados sobre el puente

                                                                                               [colgante

A ver despuntarse con la tarde la cara gris del cine Baldi

 

 

 

 

Tierra baldía

 

 

«Las zanjas corrían bajo el sol vivificadas en la sombra,

Y en su falsa turbulencia la callada zarza dormía

Ignorando su propio incendio,

Mientras tanto, en las orillas, el espectro de las piedras dibujaba una dentadura

larga y venial.

Había un pozo sinfín que jamás respondió a nuestra llamada,

nunca devolvió la anhelada resonancia

pero más tarde supimos por mi madre de la redondez del mundo

en un dibujo a palo sobre la arena, fue como un hielo en las ampollas,

entendimos que su infinita circularidad era el fácil broche de la distancia, Entonces

afanosos, pudimos ubicar aquella piedra sobre el trazo:

había llegado a otro punto cardinal al que nosotros nunca llegaríamos.

En Nueva Unión había cárcavas y barrancas, cerros enmascarados de nubes

Verdaderas estelas en contrapunto que nunca existieron para los mayores;

                                                                   Según ellos

No había ni lo uno ni lo otro en aquel lugar,

Lo que veían nuestros ojos era tierra roja y tristes paños de fronda,

Pero sabíamos que había más:

Un camión cisterna que llegaba con la neblina fulgurante de un milagro

a llenar latas de aceite donde mi madre bañaba nuestros infantes cuerpos negros,

una bruja que nunca apareció,

una ciudad donde existía el vidrio, la fruta, el hielo y el pavimento

(tan piadoso con los talones).

Ahora extraño la tierra, la dulce reclusión en la nada, el suceso de las piedras y

el viento, la zanja donde bajábamos a defecar en comunión;

Lo que he conseguido hasta hoy no tiene más peso que mis cuchillos de palo o

mis flechas Apalaches, tan certeras descabezando mis verrugas;

Si pudiera por un instante observar el desierto desde nuestra casa;

(que mi padre construyó con tablas varadas por el mar).

Ahora que lo pienso, este sentimiento es el eco de aquella piedra que lancé

y ahora asciende hasta el punto cardinal en el que me he convertido

-en las tierras baldías era el más feliz

 

 

 

Un verano

 

 

                          Esta tarde, la cadera de Silvia remedó su atiplada voz,

el estruendo del hueso corrió por la losa

y arrancó un terroso mugido al jaspe de fuego, “y ahí quedó”.

En la víspera de su muerte un estival relente chispeaba en el quicio

[de las ventanas,

olor de mar y rechiflas de algas plastificadas flotaron en el arcén,

Aguas tibias dormían en el jarrón de nácar y, colgado a la piedra del dintel,

un agave observaba el dócil cabeceo de un bote sobre una cuerda avejentada

y el vaivén de las mujeres abrochando sus negros vestidos inconvenientes

[a la calor.

                Yolanda, te he visto recibir estas noticias desde que cambié los dientes,

Clavada a un largo espiral como grueso estribo

Que el mundo ha preferido para limpiar la tierra de sus caminos deshechos,

como un perro que no pisa otras sombras que no sean las de su dueño.

 

 

 

 

 

Augusto Carrasco[7]

 

 

Sería injusto apelar a la nostalgia para describir la poesía de Carrasco. La manifestación melancólica, los referentes de apariencia sencilla y trasfondo truculento, así como la inquietud dramática que sostiene la voz protagonista traen a colación una respuesta emotiva ante la naturaleza social del espacio y su talante conflictivo. En efecto, esta respuesta puede ser la nostalgia, pero, a su vez, es más que la nostalgia. Es una sinceridad desgarrada. 

 

 

 


 


Autorretrato

 

 

Yo buscaba soluciones en el monitor

porque no tenía

un corazón partido por el rayo

mi corazón era un animal prohibido por la noche

mi corazón alteraba los sistemas de navegación

de astronautas adictos a la melancolía

crecí hasta ser un árbol derrotado en medio del puente

crecí hasta contemplar el futuro que nunca llegó

mi corazón fue un planeta derribado por el amor

y por el reloj avión QUARTZ que robé de niño.

 

 

 

 

Alguien quema sus recuerdos de madrugada

 

 

¿Por qué decide alguien incinerar su pasado?

Todo huele a promesas rotas

sentimientos encontrados

es lo que venden en las calles a estas horas

        & pasta envuelta en recortes de prensa democrática

tu recuerdo, si nos ponemos metafísicos

un oleaje que arrastra flores de bengala hacia la plaza de armas

    te conocía / china /

              me adelanto al tráfico de la Costa verde en pleno maremoto /

hay una luna que solventa mi tragedia

& red hot chilli peppers

               columnas de humo elevándose como fantasmas

     & ventanas de emergencia en caso de accidente

                                            las manos sucias

                                                    por manipulación indiscriminada del pasado

alguien está escuchando lo que decimos por teléfono

               están grabando la vida para denunciarnos a la policía

¿Qué espera el invierno para ahogarnos con su neumonía de colores?

              bolsas negras con recuerdos amontonados en la puerta de la casa

¿Qué son estos camaleones escondiéndose entre la ropa sucia?

               entre lo poco que resiste de nosotros el contagio de la nostalgia y un pesimismo hecho sirenas

¿Quién se atreve a encontrar un cajón de cartas extraviadas?

              el niño que se ahoga en el líquido semiótico de la madre del cordero

sueños multi-drogo-resistentes en la ecografía de alguien que llora

                                          ¿Quién decide coger un taxi?

              ¿Hacer una ruta malogradísima por el parque Selva Alegre?

              el parque Selva Alegre, en Arequipa,

              un saludo para mi amigo Raúl Lima que ya debe estar dormido.

 

 

 

 

 

Creencia de la china en Lima. Reporte de madrugada

 

 

 

China, las estrellas cambian de color

              las estrellas caen, china / las has visto caer desde la ventana

              desde la ventana de tu cuarto mal pagado en Lima

amplia gama de flores respira la nube de Sagitario

esa flecha dorada que arde en el centro del amor —hace poco

                     me parece haberte visto en la televisión

                     imitando a una italiana famosa por sus covers de B. Dylan— china

tú eres famosa porque una vez bebiste más de la cuenta

& por ese verso que dañó severamente la armadura del poeta de la derecha

porque tu cabello siempre cambia de color

como la nebulosa atravesada por el sexo de Sagitario

                   sus nucleolos se enredan poderosamente a tus estrellas

       elaboran una constelación que se inflama cuando duerme a tu costado

por eso no temes, china,

porque además de fuegos artificiales tienes a tus pies un santo

porque no es bueno ensuciarse

con los recuerdos que alguien quema esta madrugada, china

mis sueños se enredan poderosamente a tu sangre sobre el pasto

pero la prensa ya sabe eso

            y sabe además que no te importa

porque además de universo tienes a tus pies un santo

   su armadura está considerada como la más poderosa de

  los caballeros de oro, tal vez por ser la única que tiene un arma propia

  (que no es custodiada por el caballero de Libra).

  De Aioros también se dice que fue el más leal y puro de los

  santos de oro**[8] luchando por tu amor china —acabo de verlo por la tele—

     en lo más blanco de aquella nebulosa cogoteada.

 

 

 

 

 

Te están buscando china donde no estás

 

 

Acaso ha crecido tu cabello

algo debe haber crecido

             un tigre que la nieve planifica con leche

dicen los especialistas que el amor florece

entre el tercer & cuarto día

                           de conflicto económico

aquí se diluye el agua en la pesadilla del oro

se trafica con sentimientos, china

he visto animales verdes llenar crucigramas como seres humanos completamente

concentrados

en parecer concentrados frente a cámaras

             algo crece hasta vaciarse en el Mediterráneo

algo crece y se desmorona en el aire

como una hemorragia de aviones ingresando a la zozobra

                           así es difícil dominar el oficio del sueño

cerrar los ojos alrededor del plano cartesiano

así te pienso hacia las nubes

y desde el centro mismo del cedrón te extraño

cuánto tiempo pasará antes de poder recordarte con honestidad

el vacío

             el vacío es una planta que mira con ternura

china, si los fantasmas tuviesen caligrafía

podría comprobar si algo entre los dos ha cambiado de sitio

si ha crecido un poco tu cabello

si es cierto que entre el tercer

                                        y cuarto balazo

brotan los primeros geranios en tus mejillas

si es cierto que nuestro árbol crece en aquella chacrita

si le han crecido alas a nuestra paciencia

si han crecido nuestros hijos

algo podría saber

si mi corazón pudiese fabricar un camino

hacia donde algo tuyo crece

             si una luz arrancase de golpe todas las estrellas

             para iluminar eso que nunca fuimos en Arequipa.

 

 

 

 

 

La china despierta en China

 

 

 

No sabes si te diriges hacia algún lado.

Si fueses un poema tendrías que saberlo.

Pero cómo podrías si recién has regresado

del sueño y te has visto sumergida

en las nubes rotas del accidente.

Despertando

en una cama que no es tu cama

en una casa que no es tu casa

en una ciudad que no es tu ciudad.

Mirando

a través de una ventana (la ventana que posees

como única pertenencia)

mirando alejarse los aviones.

Los aviones.

Alejándose.












[1] María Miranda es una poeta, ensayista, traductora y académica peruana. Ha publicado cuatro libros de poesía/ensayo: Romané (2005), Los velos de la derrota (2009), La Creación del Silencio (2014) y Charcas o Parábola sobre el vacío (2021). En este momento, está escribiendo una colección de pesadillas. Uno de estos poemas ha sido adaptado a un paisaje sonoro por el artista sonoro mexicano Jorge Martínez en colaboración con la autora: “Fuga”. Su poesía ha sido publicada en traducción al inglés en Review 96 “Nuevísimos: New Spanish American       Writing” (2018, traducido por G. J. Racz) y A Perfect Vacuum (2023, traducido por Jacqui Cornetta). Como traductora, María está especialmente abocada a la difusión de poetas vanguardistas peruanos poco conocidos en el extranjero como César Moro y escritores jóvenes de su ciudad Arequipa. Actualmente, está trabajando en una nueva traducción de los 5 metros de poemas de Carlos Oquendo de Amat y ha terminado la muestra de poetas contemporáneos experimentales de Arequipa: Espacios en Miniatura. Ella también ha cofundado diferentes iniciativas literarias independientes como Dragostea y Los Juegos Verdaderos. Actualmente, codirige junto a José Darío Martínez el proyecto independiente Cíclope Ambicioso.

[2] Los siguientes poemas de Jimmy Barrios han sido tomados de Espacios en miniatura. Muestra de poesía contemporánea del Perú. Presentando a 5 poetas de Arequipa. Arequipa: Cíclope Ambicioso / El Pasto Verde Records, 2024, pp. 23, 24, 35, 36, 37, 40 y 44.

[3] Este comentario y los siguientes no forman parte del libro, le pertenecen a Edward Álvarez Yucra.

[4] Los siguientes poemas de Grover Alberto Anco han sido tomados de Espacios en miniatura. Muestra de poesía contemporánea del Perú. Presentando a 5 poetas de Arequipa. Arequipa: Cíclope Ambicioso / El Pasto Verde Records, 2024, pp. 72, 77, 82 y 83.

[5] Los siguientes poemas de Heiner Valdivia han sido tomados de Espacios en miniatura. Muestra de poesía contemporánea del Perú. Presentando a 5 poetas de Arequipa. Arequipa: Cíclope Ambicioso / El Pasto Verde Records, 2024, pp. 102, 108, 114 y 124.

[6] Los siguientes poemas de Jhonatan Segura han sido tomados de Espacios en miniatura. Muestra de poesía contemporánea del Perú. Presentando a 5 poetas de Arequipa. Arequipa: Cíclope Ambicioso / El Pasto Verde Records, 2024, pp. 144, 145, 152 y 160.

[7] Los siguientes poemas de Augusto Carrasco han sido tomados de Espacios en miniatura. Muestra de poesía contemporánea del Perú. Presentando a 5 poetas de Arequipa. Arequipa: Cíclope Ambicioso / El Pasto Verde Records, 2024, pp. 186, 201, 205, 206 y 207.

[8] Wikipedia, 2012.

Breve selección poética de Katherine Medina Rondón

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