«ME DUELEN
LOS ATAQUES»
Y OTROS POEMAS
Fiorella Terrazas[1]
SOMOS UNA SOCIEDAD QUE SE REFOCILA EN LAS MUERTES
Tiraron barro a su ventana
y repitieron mi nombre
mezclando vinilos en discontinuidad,
el barro y mi nombre,
mi nombre es barro.
Perdiendo
y otra vez perdiendo
no sabía que estaba audicionando
para el papel masculino en tu drama.
Las oraciones no pueden crear el milagro.
EL ÉXITO EN INTERNET ES INVERSAMENTE PROPORCIONAL A LA
SOCIABILIDAD ENTRE SERES HUMANOS
Prefiero un rato sabio que mil horas de shit mental.
Creo un limbo donde mi yo es un espectro estimulado,
me voy a ver el Rímac y desconectar
y las poetas bimbo dan de comer a las tortugas
al ritmo de una mezcla moderna de bocinas en la autopista,
leen novelas cuyos títulos guardan celosamente en secreto.
Fuman mucho en la pipa que compran al por mayor
con el dinero de la venta de sus libros,
se vuelven fotógrafas mentales,
pasean y capturan los mejores ángulos de gatos
y perros en las calles cerca de casa.
Sacan la basura acumulada por meses,
solo papeles rotos de mediocres escritos sin valor.
ME DUELEN LOS ATAQUES. El ántrax se
adueña de su patente. Yo todavía no tengo participación en mis patógenos, me
encantaría empezar una correspondencia eterna con algún amigo que se apunte. Es
un misterio invertir a ciegas. Leer demasiada economía también te hace menos
héroe. Menos sensorial. Necesito una insulina con el check de verificación para no irme en picada. Llevo años
defendiendo mi lugar, desde 1996 bebo chicha heladita. Aprendo de mis
abuelitas. No les prometo un final feliz. Me considero pesimista como Cesar
Hildebrant. Lucho también contra la depresión que me toca las ventanas cerradas
de mi casa. Hoy en día esto no puede ser problema. Las condenas de muerte son
científicas. No exactas. Secreto de mi páncreas animal fantasmal. En mis
encimas me extraen unos cuernos de alce. Quiero ser libre como un perro del
mercado. Seguro. Forrarme en dólares húmedos. Pero ¿Se puede o no? Decidí no
hacerlo. Decidí no hacerlo. Decido el no control. No necesito patentes de
dólar. Voy a pararme en el cerro a cantar. Llorar y reír con mis compañeras
comprensivas. Pero desde 1996. En ese tiempo se necesitaban densos mililitros
de gaseosa chiki. Flujos ilimitados
de insulina. Antrax aparente dueña de
su vacuna. Fabrico
mi vacuna. Demora mucho el proceso.
[1]
Fiorella Terrazas Espinoza, a.k.a. Fioloba (Lima, 1990).
Contadora y comunicadora. Ha publicado Cam
Girl y otros poemas (Dulzorada, 2021), volumen que reúne su poesía del 2017
al 2021. Asimismo, fue integrante de la Antifil y de Plástico. Revista Virtual de Literatura (México). Ha publicado
fanzines desde el 2010. Actualmente, hace videopoesía.
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