«ALGUIEN
ESPERA» Y OTROS POEMAS
Yuleisy Cruz Lezcano[1]
SIENTO
Nada describo
siento
una mezcla de tierra y
luz,
la casa y los árboles de
mi infancia
huyen hacia el recuerdo
y a mí llegan
imágenes ancestrales
hechas de buen calor y
risas,
sombras que son cosas
y corren para esconderse
en la persistencia.
Los tiempos se asientan
en una niebla lechosa
y un campo sumergido
viene del camino de lo
múltiple
que lleva hacia un lugar
perfecto.
Sobre el poema de lejanas
citas
el recuerdo vive y respira
en las hojas que cada
temporada
mueven los tiempos,
todo lo que los ojos han
retenido.
ALGUIEN ESPERA
Alguien dice que existe
una vida en la vida,
un mundo invertido, como
en los reflejos sobre un lago,
sobre las piedras lúcidas
mojadas del rocío,
una vida en el brío
de una nueva primavera.
Alguien espera
sin llamar nombres,
espera e inventa el tiempo
que no sólo envejece,
espera en las frases importantes
el presente que sale de una foto
no tomada.
Alguien espera sin saber
si lo que espera puede llegar,
espera entre los alientos de la sombra,
entre los días que pierden
los gritos de las aves.
DOS PATRIAS
Mi país queda
a dos rosarios de imprecaciones
del tuyo.
Yo en el mío
encerrado en un capullo,
tú en el tuyo
con alas de mariposa.
Yo empeño mis alas
para ver caballos de carrera,
y tú inviertes tu reputación
en burros voladores.
Tú y yo
en dos vidas, dos rumores
enlazados en dos silencios.
NAVE[2]
Está
pasando mi nave,
sola
en el mar tempestuoso
y
el tiempo implacable tenebroso,
la
golpea como sólo él sabe.
De
olas el trueno, de rayos el impacto,
de
memorias es el pacto
de
no olvidar derrotadas esperanzas.
Las
penurias son alianzas
del
tiempo que se abate
contra
el remo quebrado
en
el arrecife enfadado,
que
combate y combate.
DESEO
Quiero
adoptar un perro
para
pasear por esta ciudad inerte,
para
evitar confundirme
con
la muchedumbre, que no sabe
ser
muchedumbre.
Quiero
adoptar un perro
que
sea solo mío,
para
no ser de nadie,
de
ninguna raza,
de
ningún dueño.
Un
bastardo como yo
para
ladrar a las sombras.
Quiero
adoptar un perro
para
verme con él,
en
la sombra del puente,
para
descifrar mi norte,
cuando
él mueva la cola,
y
flotar junto al viento
y
todas sus corrientes.
SIN
QUEJAS
¿Cómo
puedes quejarte de la vejez?
Te
ha permitido nutrir
al
menos seis perros,
cuatro
gatos
y
numerosas plantas.
Te
ha permitido alimentar
una
cuna de peces
con
fuego solar en las escamas
y
te permite dormir poco
para
contemplar los sueños de la luna.
¿Cómo
puedes quejarte de la vejez?
Te
da tiempo
para
contemplar los retratos de nubes,
mientras
esperas sentada
en
el umbral del horno
de
tostar el mundo,
para
acoger con pan caliente
y
bizcochos
a
quién se acuerda todavía que existes.
[1]
Nació en la isla de Cuba el
13 marzo de 1973 y actualmente vive en Marzabotto (Bolonia; Italia). La poetisa
emigró a Italia a la edad de 18 años, estudió en la Universidad de Bolonia y
consiguió el título en Enfermería y obstetricia, además de un segundo título en
Ciencias biológicas. Trabaja en la salud pública. Ha participado en diversos
festivales de poesía y ha recibido denticiones en distintos certámenes
literarios. Entre sus publicaciones, la más reciente es el poemario bilingüe
publicado en Portugal: Doble acento para
un naufragio, 2023 (Español - Portugués).
[2]
Los siguientes tres poemas
pertenecen al libro: Doble acento para un
naufragio/ Duplo sotaque para um naufrágio. Peniche: Edições Fantasma, 2023, pp. 38,
88 y 98.
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