martes, 16 de enero de 2024

Reseña sobre «AIRESDELSUR» de Goyo Torres Santillana

 

TORRES SANTILLANA, GOYO: AIRESDELSUR. CUERPOS DE REFLEXIÓN CRÍTICAAREQUIPA, QUIMERA EDITORES, 2017, 270 PP.[1]

 

 

Mauro Quispe Navarro[2]

 

 

El libro nos ofrece un panorama de la crítica literaria realizada en nuestra ciudad, práctica que, como afirma el autor, no la respalda una institucionalidad sólida. En ese sentido, AIRESDELSUR es una iniciativa notable al reunir, en un solo bloque, textos dispersos que permanecían ocultos en publicaciones especializadas; sin ninguna posibilidad de contacto con un público más amplio. Contribuye a visibilizar una disciplina que, si bien ha tenido pocos cultores, sobresale por su continuidad y calidad, y que se ha desarrollado en paralelo a la capitalina, centro cultural hegemónico y excluyente. La compilación se divide en tres secciones tituladas “Itinerario”, “Desde las entrañas” y “Palabras territoriales”. A continuación, expondremos cada una.

En “Itinerario”, Goyo Torres abre el compendio con un monográfico titulado “¿Qué es la crítica literaria?”. En este se interroga sobre la especificidad de la disciplina crítica. Para resolverlo, se remonta a los orígenes. Con un estilo didáctico, expone los tránsitos de la reflexión, desde Aristóteles pasando por el romanticismo y el giro epistémico que implicó el estructuralismo y su devenir posestructuralista. Así mismo, esquematiza la diferencia entre el saber y el hacer literario, propuesta que esclarece el error común de confundir la práctica artística con los estudios literarios. Estos se dividen, como lo desarrolla Torres, en tres: la historiografía, la crítica y la teoría literaria. Saberes que no se oponen, al contrario, sus fronteras se difuminan con el fin de presentar una reflexión holística del fenómeno literario.

La segunda parte del análisis presenta una visión panorámica de la disciplina crítica en el país. Torres se cuestiona sobre la identidad conflictiva de una sociedad heterogénea como la nuestra, conflicto que se refleja en sus prácticas culturales. Por lo tanto, ¿se debe hablar de una crítica peruana o limeña? Como centro cultural del país, ha extendido su identidad criolla como lo nacional. Este centralismo excluyente se ha instituido en desmedro de una articulación sólida. En esta línea, Riva Agüero será quien inaugure, de forma sistemática, los estudios literarios. A este le seguirá Sánchez, cuya obra estará marcada por el paradigma positivista. De esta época datarán los tantos volúmenes historiográficos. La figura de Mariátegui aparece en efecto, crítico lúcido, de quien Torres destacará la clasificación propuesta en los 7 ensayos de interpretación de la realidad peruana. Una segunda generación seguirá la propuesta metodológica de la escuela estilística. Paralelamente, un tercer grupo reflexionará sobre el fenómeno literario en su dimensión social y cultural, tomando el paradigma estructuralista y sociológico; tendrá como mayor representante a Antonio Cornejo Polar. Por último, la corriente posestructuralista agrupará a personajes como Miguel Ángel Huamán, López Maguiña, García Bedoya, entre otros.

Completa el artículo una propuesta de periodización de la crítica literaria en Arequipa. Siguiendo los paradigmas que ha guiado la reflexión literaria, plantea cuatro periodos: crítica impresionista, crítica estructuralista, modernización y posestructuralismo. El primero se extiende desde el siglo XIX hasta la década de 1970; el segundo hasta 1995; el tercero hasta el 2000 y el cuarto hasta nuestros días. Apreciamos cómo el fenómeno literario discurre hacia su profesionalización: si en sus inicios la crítica se desarrollaba en el espacio periodístico, conformada por una élite letrada o arraigada en la disciplina histórica y jurídica –los casos de Francisco Mostajo y Juan Guillermo Carpio Muñoz–; poco a poco, sin abandonar este espacio, se irá configurando un grupo proveniente de las aulas agustinas, especialistas en estudios literarios.

Estos, al migrar a la capital, se convertirán en referentes importantes de la disciplina literaria, hablamos de Raúl Bueno, Enrique Ballón Aguirre y los hermanos Antonio y Jorge Cornejo Polar. Justamente Antonio fundará la Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, órgano académico que congregará y difundirá la producción crítica nacional y los estudios latinoamericanos. Marcados por la impronta de sus maestros, se conformará un grupo que ejercerá cátedra en la facultad de letras y propiciará su renovación académica, introduciendo nuevos paradigmas epistémicos como el estructuralismo y la sociocrítica; entre sus representantes destacan Willard Díaz y Tito Cáceres Cuadros.

Para concluir, acorde con la periodización trazada, Torres identifica una cuarta generación que adoptará la corriente posestructuralista como teoría interpretativa. La mayoría de sus integrantes hicieron estudios de posgrado en el extranjero. Cabe mencionar la migración a nuevos espacios geoculturales como una constante para la renovación de los estudios literarios. Así mismo, el cambio de los formatos divulgativos: de la sección periodística se pasará a las revistas especializadas y a las tesis de licenciatura y posgrado, estas últimas sin mayor difusión.

La sección “Desde las entrañas” reúne cinco trabajos críticos, inscritos, según la periodización, en el período impresionista y estructuralista. El primero “La poesía en Arequipa”, ensayo de Francisco Mostajo, es una revisión historiográfica de los orígenes coloniales de la poesía arequipeña. Entre sus valoraciones estéticas y datos biográficos, reclama la ausencia de archivos que atesoren las producciones de dicho período. Considerando la escuela barroca de la metrópoli y las referencias a su impronta en sus colonias, se interroga sobre el valor estético de los “gongoristas en Arequipa”, interrogante sin resolver debido a la ausencia de un acervo material. Al texto de Mostajo le sucede “Palma: un caso de intertextualidad y comparatismo” de Tito Cáceres Cuadros. Desde un marco estructuralista, con las propuestas sobre la intertextualidad de Gerard Genette, analiza la tradición “Muerte en vida”, tejiendo relaciones entre el relato de Palma y la tradición de la Monja Gutiérrez. Aunque Tito Cáceres pertenece a una generación de críticos arequipeños del siglo XX, la distancia entre su ensayo y el de Mostajo llama a la reflexión sobre ese vacío de ochenta años.

El tercer ensayo “La poesía arequipeña de la generación del 80” de Juan Alberto Osorio hace un inventario completo de vates arequipeños. Resalta la importancia de las revistas literarias locales en la difusión de propuestas poéticas, publicaciones que representaron espacios de reflexión y encuentro, verdaderos dispositivos culturales. En trece entradas, Osorio analiza las características poéticas de esta generación, advierte la poca presencia de mujeres, el desapego de lo andino y la relevancia de lo urbano como espacio poético. En el cuarto trabajo: “Nueva lectura de los Perros hambrientos”, Willard Díaz realiza una lectura narratológica de la obra de Ciro Alegría. A través de los presupuestos de Bremond y Greimas, evidencia la estructura cíclica de la novela.

Concluye la sección, César Delgado Díaz del Olmo. De su libro Diálogo de los mundos: ensayos sobre el Inca Garcilaso, se selecciona el prólogo y un fragmento del primer capítulo. El estudio está dirigido a develar la estructura profunda de los Comentarios Reales, pues, a ese nivel, subyace un proyecto de nación. Con un marco asentado en la teoría psicoanalítica y la simbología antropológica, propondrá una lectura novedosa del proyecto garcilasista, una identidad marcada por el mestizaje y el bastardismo. En el momento de su publicación, el libro de Díaz del Olmo renovó la crítica académica “plagada de hispanismos y esteticismos”, según afirma José Antonio Mazzzotti, puesto que se aleja del carácter europeo y renacentista de Garcilaso.

“Palabras territoriales” es la última sección que reúne diversos artículos académicos, los cuales se caracterizan por su escritura especializada y su agudeza analítica. Además, evidencian el carácter interdisciplinario de los nuevos estudios literarios, principio de la apertura epistémica de la segunda mitad del siglo XX. Los textos fueron presentados en congresos académicos o forman parte de proyectos de mayor envergadura. El primer artículo, “Rosa cuchillo. Desencuentros entre mito e ideología política” de Carlos Caballero, aborda la novela de Oscar Colchado desde la teoría decolonial. En ella, como afirma el autor, analizará el encuentro conflictivo entre el discurso del proyecto político revolucionario de PCP-SL y el discurso mítico-religioso de las comunidades andinas. De este modo, sostiene que la novela de Colchado Lucio hace una relectura geocultural del discurso revolucionario del PCP-SL. Para ello, utilizará los principios teóricos de Rodolfo Kush sobre la ubicación geocultural de los sistemas de pensamiento y reflexiones de las teorías poscoloniales y decoloniales. Es interesante cómo cuestiona la lectura de Ubilluz, de carácter monológico, y que, como muchos otros, no tomaron en cuenta la peculiaridad problemática de los contextos de enunciación en los marcos teóricos.

El siguiente artículo “Trazando sonidos. Espacios de conflicto en las literaturas de tradición oral” de Jhonatan Corzo reflexionará sobre la ambigüedad conceptual dentro de los estudios sobre la oralidad y la especificidad del objeto aún no resuelta. Para ello analizará los espacios en conflicto entre la oralidad y la escritura, espacios en los que la oralidad ocupa un lugar subalterno al momento de estudiarla, difundirla, definirla y acercar sus producciones a los conceptos de arte y cultura. Por lo tanto, dado su carácter marginal dentro de una episteme y marco teórico letrado, que ajusta su especificidad a marcos occidentales, su abordaje –como afirma el autor– siempre tendrá una raíz equívoca. En el tercer artículo, “La influencia de la alquimia en Borges y Ribeyro: en búsqueda de un centro epigramático y un enigma inexistente”, Pierina Moscoso expone las relaciones intertextuales entre los cuentos “Silvio en el rosedal” de Julio Ramón Ribeyro y “El aleph” de Jorge L. Borges. Mediante las categorías de la literatura comparada, demostrará las relaciones no solo temáticas y conceptuales, sino también estructurales.

Jorge Monteza en “José María Arguedas y el diálogo intercultural a través del arte” reflexiona sobre el lenguaje artístico-ficcional de Arguedas como una estrategia comunicativa que permite el diálogo cultural en conflicto, entre la modernidad y el mundo andino. Cierra la sección, y el libro, el artículo de Goyo Torres, “Escribir desde el cuerpo: narrativas de violencia y crueldad en tres testimonios del conflicto armado interno en el Perú, año 1980-2000. Los cuerpos de la memoria”. En tres testimonios de víctimas, recopilados por la Comisión de la Verdad y Reconciliación, el autor expondrá las estrategias discursivas de los mismos para constituirse en discursos de denuncia, reivindicación y memoria oral. Resalta el papel de las corporalidades representadas en ellos para afianzar los fundamentos testimoniales, discursos de resistencia que disputan con el poder la construcción de la memoria nacional.

La publicación de AIRESDELSUR. Cuerpos de reflexión crítica contribuye a completar el panorama de la crítica literaria peruana con una muestra de trabajos que cuestionan las lecturas canónicas y abren caminos nuevos a la reflexión. No obstante, pierde algo de vigor en su voluntad revisionista con el escaso número de artículos sobre literatura regional. A excepción de Mostajo y Osorio, persiste una carencia que dificulta ampliar los estudios concernientes a la producción literaria en Arequipa u otros espacios afines. En síntesis, sin que esta observación le quite méritos al libro, Goyo Torres ha iniciado un debate al que, esperemos, se sumen otras voces.







[1] Versión corregida. Reseña publicada por primera vez en Nuveliel. Revista de literatura y humanidades. Año 2. Nro 2, pp. 59-64.

[2] Es bachiller en Literatura y Lingüística. Prepara su tesis de licenciatura sobre la novela de Susana Guzmán, En mi noche sin fortuna. Ha participado en coloquios de estudiantes de Literatura de la PUCP y UNFV. Así mismo, formó parte del comité organizador del I Coloquio de estudiantes de Literatura UNSA 2020).

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