MEDINA RONDÓN,
KATHERINE: PAPIROS MÁGICOS. LIMA,
VALLEJO & CO.
Y SOL NEGRO, 2019, 55 PP.[1]
Christian Pablo Huamani Loayza[2]
La experiencia y la exploración son, tal
vez, el camino de sus versos. Las palabras y el tono sosegado, apartados de los
arrebatos pueriles invitan amablemente a sumergirse en la lectura. Su voz,
apartada del grito o el reclamo (y de la rima), emula más bien un murmullo que
ejecutan las palabras de manera nítida. Y la búsqueda de un bien, un respiro o
solo un punto neutral son la pauta desde las primeras páginas.
Papiros
mágicos, de la poeta y artista
visual arequipeña Katherine Medina Rondón, se publicó en julio de este año.
Este poemario consta (entre formulas, cantos, peticiones, prácticas, hechizos,
conjuros, sanaciones y epilogo) de veintidós elementos. Los oscuros propósitos
del yo poético funcionan perfectamente dentro de una advertencia inicial y un
genial epílogo. Estos son acompañados con ilustraciones de Paolo Delgado Alama,
donde reina la animalia sobre los pequeños toques de color, objetos y plantas.
En primera instancia, por el nombre de la
obra y los títulos en su interior, es imposible no descansar y preguntarse por
los delicados y confusos caminos que las primigenias formas poéticas tenían al
ser ejecutadas por curadores o chamanes. Pero sin métrica definida, obviamente.
En realidad, se puede apuntar que es una sorpresa dentro de la poesía ya
escrita por la autora. Es un acercarse a la poesía con una nueva forma. Y es
también un apartarse de uno mismo y un dejar de apuntar a un alguien
específico. Es un paso oportuno, nuevo y explorador.
La protección contra el tiempo, el lugar,
los actos ajenos, el destino y las palabras es ofrecida en versos como:
sin cargar el inútil peso de una
valija
poco a poco notarás
cómo te abres paso en la enferma
noche
Aparecen, también, referencias del mithos griego como el daimon, Casiopea,
Artemisa y Narciso (en sus dos referentes inmediatos). Se resalta, además, el
acercamiento a objetos sustanciales apotropaicos. Y los elementos cotidianos
aparecen representados por el cigarrillo, la cañería, el columpio, entre muchos
otros, que dialogan con los referentes corpóreos y rurales pintados.
No olvides calcular la luz
que dejas salir por los poros
y traer siempre las botas puestas
ya que nunca desaparecerá el
peligro de incendiar tu casa
…………………………………………………………....
y llena tu jarra de vino
hasta que notes
cómo cualquier suspiro se ahoga
El poemario, en general, sigue un camino
de purificación, busca rescatarse también a sí mismo. Además, en mi parecer
particular, recuerda mucho al escrito del difunto poeta arequipeño Luzgardo
Medina Egoavil, Contra los malos
presagios. La referencia a los elementos ya nombrados (y a la idea de
amuleto) crea un puente que conectaría estas dos obras en estilo y forma,
aunque esto no haya sido concebido de manera consciente y tengan claras
diferencias. No se puede obviar el hecho de que ambos versadores se conocían y
hayan podido ser lectura, al menos un poco, uno del otro.
Por otro lado, el poemario posee un
lenguaje claro y un poco íntimo que logra que sus piezas aniden en el mismo
lugar. Los poemas más resaltantes son: “Práctica maléfica con un fin benéfico”,
“Fórmula para conseguir el perdón” y “Epílogo”. Papiros mágicos, en palabras de Ernesto Carrión: «rinde homenaje a
esta visión antigua (la de hacer del poema una herramienta mágica de
utilidad…)». Y cumple su cometido. Al reverso del libro el lector encontrará
acertados comentarios de Carlos López Degregori, José Kozer y el mismo Ernesto
Carrión.
Finalmente, cabe apuntar que desde los
anteriores trabajos de la joven poetisa, Murmullos
y volantes (Aletheya, 2012), Amor en
cuatro actos y otros cortejos (Casatomada, 2013), Mínima celeste (Transtierros, 2016), Disidencia (Cascahuesos, 2018); su inclusión en varias antologías y
colaboración con varias revistas, nos ha obligado a seguir, de buena gana, la
trasmutación de su voz, sus progresos y aciertos dentro de la literatura de la
región. Su poesía formalmente fresca nos presenta una salida de los temas
recalentados. Papiros mágicos muestra las nuevas posibilidades de la poesía de
un universo siempre hembra y siempre activo.
[1]
Versión corregida. Reseña
publicada por primera vez en Nuveliel. Revista de literatura y humanidades. Año
1. Nro. 1, pp. 65-67.
[2]
Nació en Arequipa el 7 de
junio de 1993. Estudió literatura en la UNSA. Ha sido ponente en diversos
congresos y coloquios a nivel nacional e internacional. Es cofundador y miembro
de la revista académica de literatura y humanidades Nuveliel. Participó en varios
festivales y publicó en varias revistas del sur del Perú. En 2023 publicó el
poemario Dulce y maldita tiempo. En la actualidad es estudiante de la maestría
en escritura creativa de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
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